ROMANCE DEL CONDE OLINOS
Érase una vez un pueblo donde estaba el Conde Olinos. Era una mañanita de San Juan. El Conde fue a dar agua a su caballo , en las orillas del mar. Mientras el caballo bebía, él cantaba una hermosa canción, tan hermosa que las aves que iban volando se paraban a escuchar, el caminante detuvo su caminar y el navegante volvió.
Desde la torre más alta la reina le oyó cantar y le dijo a su hija:
-Mira como canta la sirenita en el mar- dijo la madre.
-No es la sirenita, madre, que no tiene cantar -Respondió la hija- Esa es la voz del Conde Olinos, que por mi triste está.
-Si por tus amres pena, yo le mandaré matar. Para casarse contigo necesita sangre real- Dijo la madre.
-¡No le mandes matar, madre, no le mande usted matar. Que si mata al Conde Olinos, juntos nos tendrán que enterrar!- Respondió la hija con súplicas.
-¡Que lo maten a lanzas y el cuerpo lo tiren al mar! - Dijo su madre gritando.
El Conde Olinos murió a media noche; y ella cuando cantó el gallo. A ella, como hija de reyes, la enterraron en el altar. Ya él, como hijo de condes, lo enterraron unos pasos más atrás.
Nació un rosal blanco de ella, y de él nació un espino albar. Creció el uno y creció el otro, y cuando se iban a juntar, la reina llena de envidia mandó cortar a los dos.
EL hombre que los cortaba no paraba de llorar.
De ella nació una graza y de él un fuerte gavilán.
Juntos volaron por el cielo, juntos volaban al lado.