Caminado por la arena,
a lo lejos divisé a una sirena.
Decidí meterme meterme en el mar,
y con ella jugar.
Cuando me casé me empecé a ahogar,
y un barco velero me vino a rescatar.
Cuál es mi sorpresa cuando, al subir,
encontré a un capitán que me dijo:
"No te preocupes princesa que yo
estoy aquí para a vos ayudar"
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